FORMACIÓN IGNACIANA

Desde su ingreso al colegio, en Prekinder, hasta 6° básico, nuestros alumnos son invitados a participar en los Encuentros con Cristo. En esta experiencia, principalmente en los primeros años, los niños comienzan a descubrir a Dios en sus vidas, su familia, y en los demás. El encuentro con Cristo es una instancia de reflexión espiritual que permite hacer un alto en las actividades diarias para concentrarse en Dios.

La vida sacramental de nuestros alumnos es muy importante, tanto para su crecimiento espiritual como para su compromiso con toda la vida apostólica que tendrán a partir de los cursos superiores. Por este motivo, en 3° y 4° básico se preparan, junto a sus familias, para recibir el sacramento de la Eucaristía. Un proceso donde descubren la mano de Jesús en sus vidas.

Durante 3 días, los alumnos de 6° básico descubren el Encuentro con el Otro, como generación, poniendo en valor la importancia de encontrarse como compañeros hasta el fin de la vida escolar. A través de distintas actividades, y visitas al Observatorio Cerro Chamán y el Museo de Colchagua, se trabajan conceptos como la empatía, apertura y respeto, temas fundamentales en el ciclo vital de nuestros alumnos.

Durante 2 días, los alumnos de 7° básico descubren el Encuentro con el Otro desde el punto de vista de la Amistad. Siguiendo el camino de Iñigo, San Ignacio, se pone en valor la importancia de la amistad, especialmente en cursos que han sido recientemente mezclados, y la relevancia que tiene el respeto y la apertura hacia los compañeros desde esta nueva mirada.

Durante 2 días, los alumnos de 8° básico, descubren el Encuentro con el Otro desde el concepto de Liderazgo Ignaciano. Diversas actividades nos permiten contextualizar y comprender la importancia de los líderes de nuestros cursos, y también nos permiten rescatar la potencia y foco en el servicio de un buen líder ignaciano.

Durante un día al semestre, los alumnos de I° medio descubren el Encuentro con el Otro desde el servicio. Trabajan junto a nuestro equipo de mantención en sus labores cotidianas compartiendo un momento genuino de encuentro y conversación, donde buscamos que ellos puedan comprender la importancia de la labor que los auxiliares realizan en nuestra comunidad escolar.

Durante cuatro días, los alumnos de II° medio se unen a la invitación que les hacemos como colegio a descubrir su vocación en la Fe y el Servicio. Transformando un espacio abandonado en un área verde de uso público, buscamos que comprendan la relevancia del concepto del Servicio, al modo Ignaciano, y que lo hagan propio en su vida diaria.

Esta experiencia forma parte del Proceso de Confirmación. Durante cuatro días, trabajando en distintos hogares de Fundación Las Rosas, invitamos a los alumnos de III° medio a descubrir la importancia de entender la Fe y el Servicio como una vocación, un estilo de vida que atraviesa y empapa todo lo que hacemos en nuestro día a día.

Previo a la Experiencia Hurtado, los alumnos de II° medio viven una experiencia de oración personal y profunda. 

Por un día, los invitamos a descubrir la importancia de entender la Fe y el Servicio como conceptos que atraviesan todo lo que hacemos en nuestras vidas, contextualizando así la experiencia de servicio potente que vivirán finalizando el año.

Durante dos días, los alumnos y alumnas de III° medio comparten un momento genuino y personal de Encuentro con Dios y con ellos mismos. A través de puntos de oración y reflexiones grupales, los invitamos a discernir sobre el llamado que Dios le hace a cada uno.

Como cierre del Itinerario Formativo, los alumnos y alumnas de IV° medio, durante dos días, viven su última experiencia de Fe antes de salir al mundo. Junto al Área de Psicología, se busca que ellos puedan comprender lo que significa para cada uno su vocación y como en ella la Fe y el Servicio pueden ser parte fundamental.

Alumnos de I° a IV° medio.
Cada año los alumnos y profesores del Colegio llevan la Fe y el Servicio que se ha ejercitado durante el año, a algún lugar de Chile. Hace más de 10 años la primera misión fue en Lolol, donde solo participaron 7 personas. Hoy, participan más de 100 y cada año se suman más participantes. Cumplimos con nuestra vocación de ser Hombres y Mujeres de Frontera, siempre en Misión.